Secuencia Cronológica y Secuencia Estilística Cerámica de los Valles de Cochabamba, Andes Centro-Sur. Alvaro Higueras, Ph.D. 1ra parte
Introducción Cochabamba en los Andes Fisiografía Secuencia cronológica To papers
...... To references ...... To BookshelfIntroducción
En el presente artículo describiremos los avances hechos en las últimas dos décadas en la definición de la secuencia cronológica de la región de Cochabamba, y en la identificación de diversos estilos cerámicos originarios de la región. Asimismo, incluiremos una parte del material cerámico excavado por Bennett en 1932 en Arani, cuyas caracteristicas definieron el estilo Tiwanaku Derivado. Este material será esencial en la descripción de la cerámica del Horizonte Medio en Cochabamba y complementará la información estilística obtenida con el material de la recoleccion de superficie realizada durante la prospección del 1993-94 en Capinota y Mizque (Higueras 1996).
(NOTA: En su publicación de 1936, Bennett limitó la información de las excavaciones de Arani a la secuencia estratigráfica de sus grupos de tumbas que le permitieron reconstruir el desarrollo de estilos cerámicos en la región, incluyendo el estilo Tiwanaku Derivado . Lamentablemente, solo publicó listas generales de los tipos cerámicos registrados pero ningún dibujo o diagrama de las piezas. Presentamos entonces, para beneficio de nuestra explicación del estilo Tiwanaku Derivado (y para comparación con el Tiwanaku del altiplano), dibujos de 15 cerámios provenientes del cementerio de Arani (Figure 1), y hoy bajo custodia del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York.)
Este artículo brinda un urgente y muy necesitado resumen de los conocimientos sobre la secuencia estilítica cerámica de la región de Cochabamba, situada en los flancos orientales de los Andes bolivianos. La región de Cochabamba tiene una importancia central para entender los efectos de estragegia imperialistas de estados andinos prehistoricos en los Andes Centro-sur. En efecto, esta región tuvo relaciones, de diferente tipo, con la sociedad Tiwanaku y la sociedad Inka, dos de las entidades políticas mas importantes de la prehistoria andina. Por ende el conocimiento de los patrones de desarrollo cerámico, indicadores importantes mas no únicos o primordiales de organización política -considere patrones de asentamientos y patrones funerarios, entre otros-, contribuye al estudio de las sociedades imperialistas andinas. En efecto, es aun poco lo que se conoce del comportamiento de los estilos cerámicos como consecuencia de relaciones, o dominación, política o económica entre sociedades prehistóricas. Con nuestro conocimiento actual de varias fuentes de datos arqueológicos para analizar las estrategias de las relaciones intersociales, Cochabamba presenta importantes casos comparativos para el análisis de la correlación de patrones estilíticos con estrategias políticas.
La región de Cochabamba en la Arqueología de los Andes Centro-Sur
Los Valles de Cochabamba, la región más productiva de las laderas orientales de los Andes Centro-Sur, fueron lugar de un floreciente desarrollo cultural local a lo largo del pasado prehispánico. Sin embargo, la falta de difusión de la investigación arqueológica realizada en la región (Bennett 1936; Byrne 1964; Ibarra Grasso 1944, 1965; Rydén 1954, 1959; Walter 1966), incluyendo aquella por los presentes arqueólogos cochabambinos (Céspedes 1982; 1983; Pereira 1982a, 1982b, 1983) han producido muchas lagunas en la comprensión de la prehistoria de Cochabamba. En efecto, el desarrollo cultural de carácter local ha sido mayormente ignorado, excepto por investigadores que estudian en la región, en comparación a la atención enfocada en las manifestaciones materiales de los grandes estados altiplánicos en la Cochabamba: las sociedades Tiwanaku e Inka. La región de Cochabamba ha sido considerada, en literatura arqueológica reciente, más como una región hacía la cual poblaciones altiplánicas se dirigían para obtener recursos agrícolas mesotérmicos. Aun así, las investigaciones arqueológicas sistemáticas sobre las manifestaciones de los dos grandes estados andinos del Horizonte Medio y Horizonte Tardío en Cochabamba han sido escasas y poco difundidas. Mas aun, hasta hace poco las explicaciones del rol de Tiwanaku durante el Horizonte Medio en la Cochabamba han sido fruto de especulación y de una apreciación general del dato arqueológico mas que del análisis de datos arqueológicos obtenidos sistematicamente (Kolata 1993; Owen 1994).
La investigación arqueológica en Cochabamba tuvo un rico desarrollo con los trabajos pioneros de Wendell C. Bennett, Dick Ibarra Grasso, Stig Rydén, y Heinz Walter, realizados entre 1935 y 1965. Otra fase de intensa labor se inició en 1984 con los trabajos de D. Brockington e integrantes del Museo Arqueológico de Cochabamba. En suma, hoy se conocen las características cerámicas de cada periodo de la secuencia: el Formativo, el Intermedio Temprano, el Horizonte Medio con la cerámica de estilo Tiwanaku, los estilos del Tardío, y el periodo Inka. De particular interés en la secuencia es la riqueza estilística del periodo Intermedio Temprano mayormente identificada por Ibarra Grasso (1965). Sin embargo, no es aun posible asociar estilos cerámico con entidades políticas, valles o territorios.
Los rangos temporales de cada periodo y los estilos asignados a ellos han sido establecidos gracias a las varias excavaciones estratigráficas y fechas radiocarbónicas realizadas en los últimos 15 años (Anderson and Céspedes 1994; Brockington et al. 1985, 1987). Finalmente, tenemos el dilema de la "particularidad" del estilo Tiwanaku Derivado. Este estilo es muchas veces distinguido de la cerámica Tiwanaku del sitio epónimo de Tiwanaku en base a diferencias en forma y decoración (Alconini 1993; Rivera 1994). Por otro lado, Janusek (1994:127) menciona que en conjunto, siendo las piezas Tiwanaku Derivadas similares a piezas Tiwanaku IV, es dificil aislar ambos grupos de manera precisa. Goldstein (1989:238) anota tambien la similitud entre piezas de Chen Chen (Moquegua) y de Cochabamba.
Sin embargo, a pesar de un fuerte desarrollo de la investigación en Cochabamba en los últimos 15 años -iniciandose con los trabajos de D. Brockington y arqueólogos del Museo Arqueológico (Céspedes 1982; 1983; Pereira 1982a, 1982b, 1983) -, el desarrollo cultural de las sociedades nativas de la región de Cochabamba ha sido poco promocionado en la literatura publicada en las últimas décadas sobre los Andes Centro-Sur y, en consecuencia, la consideración de datos sobre el desarrollo cultural de la región es restringida. Ello ha ocurrido a pesar de los importantes trabajos en Cochabamba, y de los esfuerzos de Ibarra Grasso a la cabeza de la arqueología cochabambina como fundador del primer museo arqueológico regional en Bolivia en 1952. Desde la década de los cuarenta, Ibarra Grasso percibió el sesgo en la arqueología boliviana y llamó la atención a un rico desarrollo cultural en otras regiones, que sustentó sucesivamente presentando la diversidad de estilos cerámicos en Cochabamba (Ibarra Grasso 1944). En una contribución mas reciente, y desde una perspectiva etnográfica, Condori (1989) critica la dominación de la interpretación del pasado prehispánico por referencias a la sociedad Tiwanaku.
La situación de la prehistoria de Cochabamba en el marco de los estudios arqueológicos de los Andes Centro-Sur es resultado del desarrollo histórico que han tenido los estudios arqueologicos en Bolivia. La arqueología en Bolivia ha sido intensamente enfocada, por diversas razones, en el sitio monumental de Tiwanaku. Mas aun, el impacto de la sociedad Tiwanaku en los Andes Centro-sur ha sido mayormente explicado como un sistema imperial y militar (Ponce 195.,195.) y, de ello se deducía que Tiwanaku impuso sólidas y uniformes estructuras politicas en las regiones que rodeaban el altiplano. La falta de curiosidad por las manifestaciones de Tiwanaku en otras regiones resultó también del no haber sido custionados temas como la interación regional entre entidades politicas de diferente escala. Pero esta última razón es poco explicativa dado que la actual agenda de los estudios arqueológicos no puede aplicarse a cuestionar estudios de las decadas pasadas. Pero en el contexto de un interes muy concentradi hacia el sitio de Tiwanaku, la arqueología de Cochabamba, así como la de las demas regiones de Bolivia, ha sido relegada en nuestra apreciación del pasado prehistórico de los Andes Centro-Sur.
Fisiografía de los Valles de Cochabamba
Los Valles de Cochabamba, situados a 400 kms. al sureste de Tiwanaku, se encuentran en las vertientes subtropicales orientales de los Andes bolivianos, a una altura promedio de 2700 m.s.n.m. (Figura). Se extienden de oeste a este en un área de aproximadamente 2500 km² y estan compuestos por cinco sub-unidades espaciales: el Valle Central y el Valle de Sacaba, el Valle de Capinota, el Valle de Santivañez, el Valle Alto, y en el extremo este, algo apartado del area central, el Valle de Mizque (Figura). Esta última sub-unidad podría se considerada como independiente, debido a distancia y diferencias en vegetación. Sin embargo, creemos que está culturalmente ligada a los desarrollos del Valle Central, tanto por las similitudes asi como por diferencias que Mizque muestra respecto al área central. De esta manera, los Valles de Cochabamba comprenden dos zonas de vegetación principales: (1) un bioma de bosque montañoso semiarido en el Valle Central de Cochabamba y aledaños (2200-2800 m.s.n.m.); y (2) y un bioma de bosque de estepas montañosas espinosas en valles orientales, es decir Mizque (1800-2300 m.s.n.m.).
La secuencia cronológica de Cochabamba
En el marco de la investigación sobre uso de tierras y patrones de asentamiento en la secuencia prehistórica de Cochabamba, el interés sobre la secuencia cerámica se enfocó en: (1) comprobar la diversidad de estilos cerámicos locales en las regiones de Capinota y Mizque, anterior a la aparición de materiales de estilo Tiwanaku en la región; y (2) definir los contextos de uso de los materiales de estilo Tiwanaku en el contexto "provincial" de Cochabamba. Ambos objetivos, además de conocer los estilos del Formativo y Periodo Tardío (este último presentando también una interesante diversidad estilística), eran esenciales para poder definir -exclusivamente en base a evidencia de superficie- el periodo de ocupación de los sitios registrados.
El primer objetivo solo ha sido parcialmente abordado, y fue temporalmente resuelto asignando los estilos locales al Periodo Intermedio Tempranoa (una asunción basada en los datos estratigráficos del Valle Central y de Mizque, pero no disponibles para la región de Capinota). El segundo objetivo se relaciona con el rol central de los materiales de estilo Tiwanaku en Cochabamba. Tan central que representan la amplia mayoría durante el Horiznte Medio y tienen una amplia distribución geográfica. Al contrario de casos en los cuales la secuencia cerámica altiplánica es usada en situaciones no altiplánicas -al ser identificadas marcadas diferencia temporales en la cerámica (Goldstein 1990b), en Cochabamba he tratado al material de estilo Tiwanaku como una sola unidad. Céspedes ha adoptado la división altiplánica de periodos IV and V para dividir la cerámica Tiwanaku de Cochabamba de los entierros del montículo de Piñami en el Valle Central. En este sitio, la mayoría del material corresponde a la cerámica que Bennett llamó Tiwanaku Derivado. En todo caso hay contados ejemplos de cerámica de estilo "clásico" del Periodo IV en la región (Bennett 1936; Rydén 1959; Byrne 1964).
Considero que la tradición estilística Tiwanaku en Cochabamba corresponde a una versión "provincial" del estilo Tiwanaku altiplánico, producido localmente. Ello bien a pesar de opiniones, basada en datos petrográficos (en una muestra que incluye una pieza de Arani), que arguyen que la cerámica Tiwanaku de Cochabamba es importada del altiplano debido a las semejanzas de las arcillas y desgrasante (ver Petrographic analysis). En este mismo estudio se concluye que la geología de Cochabamba y Tiwanaku es similar, no siendo entonces difícil que las pastas tambien lo sean.
Debido a la amplia distribución geográfica del material de estilo Tiwanaku, observación usada para varias hipótesis sobre la organización política de la region -y su rol en la "esfera" Tiwanaku, es difícil, a esta alturas, concebir a esta cerámica como un bien de intercambio transportado entre el altiplano y los valles (tal como lo fue en San Pedro de Atacama con otros objetos Tiwanaku y no la cerámica; Tarragó 1992). Podría concebirse como un elemento de prestigio? Hay una fuerte correlación de material Tiwanaku Derivado y sitios funerarios. Pero esta cerámica también ocurre en sitios habitacionales. Además, aun se debe seguir investigando el problema de la coetaneidad de asentamientos en el cual sitios Tiwanaku (con su cerámica) podrían coexistir con sitios que tienen estilos cerámicos locales.
Finalmente, la investigación de tres preguntas principales ayudarán a entender el Horizonte Medio en Cochabamba: (1) porqué ocurre el rápido desarrollo -comprobado estratigraficamente- que parece tener el estilo Tiwanaku Derivado en Cochabamba; (2) cual es la razón para la muy rara ocurrencia del materiales Tiwanaku "clásicos" -considerando que los contextos mas estudiaos en Cochabamba han sido entierros; y (3) cual es el rol de los estilos cerámicos locales en el proceso en Cochabamba, y en una mayor escala, y para Tiwanaku en general. Estas son preguntas que deben guiar trabajos futuros dedicados especificamente al aspecto cerámico, pero recientes excavaciones en diversos contextos podrán ayudar a su resolución. Volveremos a mencionar estas preguntas mas adelante.
La secuencia cronológica que se usa hoy en Cochabamba consta de cinco etapas principales: Periodo Arcaico, Periodo Formativo (1000 AC-200 DC), Periodo Intermedio Temprano (200-400 DC), Periodo Intermedio u Horizonte Medio (400-1000 DC), y Periodo Tardío (1000-1400 DC; Figura). Esta secuencia usada hoy por investigadores en la región fue establecida a partir de secuencias estratigráficas obtenidas en varias areas de Cochabamba (Anderson y Céspedes ms; Bennett 1934; Brockington et al. 1985, 1987; Byrne 196.; Céspedes, comm.pers.; Rydén 1956; Walter 1966). El Periodo Intermedio Temprano es usado aquí para remplaar al Periodo "Formativo Final" usado por Brockington et al. (1985, 1987). Los cambios iniciados hacia el 200 DC con la introducción de estilos cerámicos pintados en Mizque y el Valle Central sugieren el uso de un periodo diferente (Anderson and Céspedes 1994). Esto no implica, sin embargo, que los estilos trasciendan los límite temporales -generales- de la transición del Formativo al Intermedio Temprano, o de éste al Horizonte Medio.
Las sociedades prehistóricas cochabambinas tuvieron un desarrollo de caracter local. Ellas fueron creadoras de estilos cerámicos originales, muchos de los cuales fueron inicialmente identificados por Ibarra Grasso (1966). En solo algunos casos se hace uso de la herramienta difusionista para explicar la presencia de ciertos estilos en la región (Rydén 1959; Walter 1966). Por otro lado, la región tuvo un proceso evolutivo que no alcanzó un nivel de complejidad política de escala estatal, tal como ocurre en sociedades costeñas de los Andes Centrales, y como en la región Circumlacustre. Por lo tanto, el uso del término Formativo se refiere estrictamente a la tradición cerámica local; los niveles de organización política o económica que alcanzaron sociedades locales se podrían caracterizar, de manera general, como sociedades cacicales. Otro término que se necesita precisar es el término Horizonte. En una épocas de Horizonte se asume, por definición del término Horizonte, que los componentes estilísticos de la cerámica y otros materiales en la región son comunes a un area geográfica mayor. Ello es, como en el caso de materiales de estilo Tiwanaku en Cochabamba, un caso indiscutible. Lo que no es evidente son los mecanismos económicos y políticos por los cuales esos materiales se difundieron en Cochabamba, y mucho menos como se estableciron las relaciones entre las sociedades locales y la sociedad y poblaciones foráneas.
El Periodo Formativo en Cochabamba se desarrolla entre el 1000 a.C. y el 600 d.C. (Brockington et al. 1985, 1986). Este periodo se identifica por una larga tradición cerámica monócroma (Figura; tipo Sierra Mokho Rosado) sin incisiones ni pintura. La tradición Formativa del Valle de Mizque tiene ciertas diferencias con las del Valle Central --que ocurre en el área de Capinota. La diversidad de temperantes y homogeneidad en el acabado exterior en el Valle Central contrasta con la homogeneidad en el temperante y variedad en la cocción de la cerámica en Mizque. Más aun, en Mizque el uso del temperante de grava molida y de textura arenosa sin laminar, ocurrirá en periodos posteriores, dificultando la afiliación cultural de una parte de la cerámica utilitaria.
A diferencia de esquemas cronológicos como el de los Andes Centrales, el Periodo Formativo en Cochabamba no tiene connotaciones evolutivas. No se puede asumir que este periodo (e inclusive el Intermedio Temprano) representan estadios culturales cuya naturaleza generan un incremento de complejidad social -de nivel estatal- comparable a los Andes Centrales. Mas bien se puede asumir que sociedades de escala mediana (sociedades cacicales) constituidas en el Formativo seguirán siendo el model para sociedades posteriores. Como se mencionó arriba, hay aun escasa evidencia para relacionar diversidad estilística a fragmentación u homogeneidad política. Este último problema se enraiza tambien en los escasos conocimientos del comportamiento de estilos cerámicos en sociedades andinas, donde cambios estilíticos pueden no ser necesariamente resultado de cambios políticos. Este dilema respecto al significade de uno o varios estilos cerámicos en una región en un solo periodo es crucial para analizar el Horizonte Medio en Cochabamba.
El Periodo Intermedio Temprano (200- 400 d.C.) se caracteriza por estilos post-Formativos de cerámica pintada: Tupuraya, Sauces, Mojocoya (Ibarra Grasso 1966), Cochabamba, y Parroquia (Figura; Anderson y Céspedes, ms.). Estas tradiciones no han sido estudiadas allende sus características decorativas para precisar más detalles que su posición cronológica pre-Tiwanaku (Walter 1966). Mujica (comm. pers.) ha sugerido la posible importancia de Tupuraya en el surgimiento de la sociedad Tiwanaku Clásica del altiplano, y no sólo su importancia para la conformación de tradiciones derivadas o decadentes como sugieren Bennett y Rydén.
El Horizonte Medio se caracteriza por la amplia distribución espacial de cerámica de estilo Tiwanaku, y la presencia de dos estilos locales: Omereque ( el "Nascoide" de Ibarra Grasso, 1966), y la cerámica utilitaria llamada Gray Ware (Rydén 1959; Walter 1966; Figura). De los trabajos de Bennett (1936), Byrne (1966) y Rydén (1959) se comprueba la escasa presencia de cerámica Tiwanaku Clásico y, mas bien, la existencia de una tradición local de estilo Tiwanaku de carácter Derivado. Bennett sugiere que la tradición Derivada de Cochabamba es contemporánea al Tiwanaku Clásico altiplánico. Rydén sugiere que el sitio de Tupuraya, en el Valle Central, representa el orígen de la tradición derivada de Cochabamba que se dispersará a regiones como el Valle Alto y Mizque. Las dos fases Tiwanaku identificadas en Cochabamba, Illataco y Piñami, correspondientes al Tiwanaku IV y V, respectivamente (Céspedes, comm. pers.), no ha sido usada en esta investigación.
(Fin de 1ra parte)
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Revised: 29 May 1999.